Cristina y Carlos Marques, empresarios portugueses, en 2004 fundaron en Sintra la empresa “Cintramédica”, que ofrece laboratorio de análisis, visitas y exámenes con especialistas. He aquí cómo han afrontado las dificultades causadas por la epidemia del Coronavirus.
Antonella Ferrucci
«A primeros de marzo, cuando la situación del coronavirus explotó en Portugal, perdimos de un día para otro casi todos los clientes. Por poner un ejemplo, en el laboratorio de análisis clínicos pasamos de 500 a 10 pacientes diarios. La radiología, la cardiología y la odontología se pararon y todas las visitas al especialista se cancelaron. Fueron días difíciles, un periodo muy, muy complicado. Pero, a pesar de todos los problemas, en marzo fuimos capaces de pagar a todos los médicos y a nuestros más de 300 empleados, que trabajan en 16 sucursales repartidas por todo el territorio.»
Cristina y Carlos piensan también en los sueldos que tendrán que pagar los próximos meses. Tienen que valorar la posibilidad de cerrar completamente, aprovechando las ayudas estatales para el pago de los salarios. Pero intentan barajar otras soluciones y de momento deciden no pedir ayudas, con el fin de no cargar excesivamente al estado y dejar esta posibilidad a otras empresas con mayores dificultades.
«Los clientes y los empleados tenían mucho miedo para venir a trabajar. Muchos se quedaron en casa para protegerse y proteger a sus familias, pero los que seguían trabajando tenían mucho miedo. Fue importante hablar con todos, darles garantías de seguridad, tener un cuidado escrupuloso con la higienización de los espacios. Improvisamos pantallas fabricadas por nosotros mismos, más confortables para trabajar y al mismo tiempo más protectoras. Realizamos acciones de información y pusimos barreras acrílicas para evitar el contacto entre los usuarios y los empleados. En medio de esta gran carrera, transmitimos un mensaje de esperanza para todos, aunque haya sido un tiempo verdaderamente difícil».
Carlos y Cristina se esfuerzan por adaptarse a las nuevas condiciones, intentando hacer todo lo posible para mantener el empleo de sus colaboradores. Esta incertidumbre una noche no les deja dormir. Pero esa misma noche de insomnio les hace comprender que es el momento de creer y “fiarse” de verdad.
«Se nos ocurrió que una posible solución sería entrar en la red de laboratorios que realiza los tests del Covid-19. Sabíamos que era una red muy cerrada, con solo 12 laboratorios privados en todo el país. Parecía casi imposible entrar, entre otras cosas porque nuestros laboratorios no disponían de todos los aparatos necesarios para realizar el proceso completo. Pero de todas formas decidimos intentarlo, y conseguimos una colaboración con el laboratorio de una universidad estatal. Juntos éramos capaces de realizar el proceso de análisis completo, ofreciendo incluso mayores garantías al estado».
La petición de Carlos y Cristina no es aceptada inmediatamente, pero después, de una forma casi milagrosa, Cintramédica consigue entrar en la red nacional de laboratorios habilitados para la gestión de los tampones del Covid-19. No solo eso, sino que, con la intención de seguir cerca de su clientela, el 15 de abril Cintramedica consigue poner en marcha un nuevo servicio de visitas por "vídeo".
«Nos “fiamos”…» concluyen Cristina y Carlos, «y para nosotros ha sido verdaderamente una fuerte experiencia del amor de Dios, una experiencia de providencia y de fe».