#OPLAStories - En Cuba la comunión toma formas concretas y da vida a la esperanza
Tainã Santana
Estamos en Artemisa, Cuba. La crisis en la isla perdura desde hace ya veinte años, y en los últimos días más de 450 mil personas se quedaron incluso sin sal, a pesar de que sea un país productor. Por otra parte, desde agosto la isla se enfrenta a una crisis energética que ha obligado a los pocos servicios públicos que estaban activos a interrumpirse.
El llamado “período especial”, instaurado por el gobierno de Fidel Castro en 1990 y que hoy sigue en vigor, provoca en el país “un clima de incertidumbre y de inestabilidad para el que tiene una actividad económica propia o para el que desea aventurarse. Para muchos, la única alternativa de prosperidad está en dejar el país” – nos cuenta desde el lugar una agente. “Las personas necesitan hablar – sigue – necesitan desahogarse y el hecho de tener a alguien que los escuche es una gran ayuda y es algo muy valorado”. Sofía, que el año pasado recibió una ayuda de la EdC por alimentación, nos cuenta cómo trata de vivir en medio de esta situación:
Haber recibido comida como arroz, frijoles, azúcar… Siento una gran satisfacción por poder comer así de bien y por el hecho de tener para comer, así que cociné un poco de más pensando en el día siguiente, pero después me acordé de una sobrina que está esperando a un niño, y era mejor llevarle la comida ya cocinada, para que pudiera comer. Cuando llegué a la casa me dijo que desde hacía dos días tomaba agua y solo había comido un bollo de pan. Le dí de comer ese día, y con lo de la ayuda de la EdC, para las dos semanas siguientes, cociné para mi hijo y para mí, y le llevé a esta sobrina todos estos días para que estuviese bien. Estoy muy feliz por esta ayuda, y más todavía porque puedo compartir la ayuda hasta que la situación de mi familia mejore.
Es realmente conmovedor ver cómo en contextos tan desafiantes la comunión toma formas concretas, cómo le da vida a la esperanza, y cómo incluso después de veinte años esa esperanza no se pierde. Sí, porque en el fondo todavía está la esperanza de que la vida de la propia familia y de todo el país pueda un día mejorar. ¿Pero podemos nosotros decirte algo, Sofía? Gracias a ti estas vidas ya son mejores, y quién sabe cuándo o dónde acabará la comunión que has desatado.
Cada vez más nos damos cuenta de lo valiosos que son nuestros agentes, que acompañan a tantas personas en situaciones de vulnerabilidad. Gracias a ellos es posible llevar la comunión a los contextos más difíciles, y caminar con la humanidad que sufre, tratando de hacer lo nuestro para de a poco generar un profundo cambio social.
¿Tú te ves también en un contexto similar, o sientes que puedes donar o ayudar de alguna otra manera? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o al +39 389 871 8213, y sé parte de esta historia.
Credits foto: Foto di Yuting Gao su Pexels