500 participantes de más de 40 países de 5 continentes se han reunido del 2 al 4 de noviembre con ocasión del evento “Prophetic Economy”. Mediante sesiones plenarias, grupos de trabajo y talleres creativos y sociales, el evento ha facilitado un intercambio interactivo eintergeneracional. Jeffrey Sachs ha sido uno de los invitados
fuente: Oficina de prensa de Prophetic Economy
“No solo pasos individuales, sino todo un bosque que crece en silencio”. Esta es una de las impresiones de los 500 participantes de más de 40 países de los cinco continentes, que se reunieron del 2 al 4 de noviembre en el Centro Mariápolis Internacional de Castel Gandolfo, cerca de Roma (Italia) para el evento “Prophetic Economy”. Con sesiones plenarias, grupos de trabajo, talleres creativos y sociales, el evento permitió un intercambio interactivo e intergeneracional.
Comenzó como una plataforma internacional de encuentro, intercambio e inspiración recíproca, el evento ha cruzado el umbral de la networking y se ha convertido en un impulso y un estímulo para elcompromiso común, desde las iniciativas diarias hasta las actividades locales y las acciones internacionales.
“Una economía profética - dijo Jeffrey Sachs, economista de fama mundial que participó en el evento - significa una economía que obra según la visión de los profetas, que significa en la visión de la justicia, de la paz, para satisfacer las necesidades de las personas más pobres, una visión de protección de la creación. Necesitamos una economía de desarrollo sostenible que signifique una economía en la que se comparta la prosperidad. Esto es socialmente justo y ecológicamente sostenible”.
La composición de los participantes era variada: economistas, expertos en el campo económicofinanciero, activistas ecológicos, empresarios y estudiantes, personas de diferentes culturas y creencias religiosas, desde los nueve años en adelante. Precisamente, los jóvenes y los adolescentes han sido los protagonistas de un programa específico para su edad con juegos y entrevistas con expertos en temas económicos y ecológicos, y de diferentes paneles con adultos a través de sus preguntas, propuestas y testimonios..
“Qué bueno ha sido tener a los adolescentes, a los jóvenes con nosotros”, dijo la secretaria general de Cidse, Josiane Gauthier. “Lo extraordinario fue que no fingían participar de las conversaciones o de imitar a los adultos, no eran una decoración o no estaban aquí para hacer el evento más hermoso, aunque ha sido así. Estaban aquí como parte de la vida. La vida real. Y nos inspiraron con su profunda inteligencia, gracia y verdad”. En el programa se dio voz a las buenas prácticas económicas ya existentes.
“Es profético, explicó el economista Stefano Zamagni, quien mira hacia adelante y se atreve a mirar por encima del obstáculo para identificar los caminos de acceso. Porque el modelo actual de orden económico y social ya no funciona. La economía profética es la de aquellos que dicen: liberémonos de las viejas formas de pensar y atrevámonos e intentemos nuevas formas”.
“Estas buenas prácticas económicas ya existen", observó Lorna Gold, economista de la agencia católica irlandesa para el desarrollo, “pero a menudo son invisibles en los medios de comunicación y en nuestra cultura. Debemos hacerlas visibles, si crecen se harán más fuertes. Un evento como este, que reúne a muchos grupos, permite reunirnos, conocernos, comprender los diferentes trabajos que ya se están realizando y hacer una lluvia de ideas sobre cómo podemos hacer más, porque el lema de este congreso es ‘solos podemos hacer mucho, pero juntos podemos hacer mucho más’”.
El concurso “Prophetic Economy Award” también quería premiar las buenas prácticas, como ejemplos de la economía profética. “Estos - dijo Carlo Petrini, fundador de Slow Food, hablando de los ganadores - practican una economía diferente a la difundida, ven más allá de la economía imperante, no son proféticos en la visión, sino en la práctica diaria. Estas realidades tienen la capacidad de ser docentes de economía” (ver los vencedores del concurso Prophetic Economy Awards)
“Estas no son utopías o ‘pequeñas islas’ dentro de un sistema injusto e inmutable. Son signos de cambio tangible, ha observado la economista argentina Cristina Calvo. A menudo, frente a los grandes mecanismos financieros globales, existe el riesgo de desanimarse, de sentirse inefectivo. El antídoto para la inmovilidad es ampliar el espectro de acción en los tres niveles: micro, medio y macro. La economía profética nos muestra que hay experiencias prácticas y orientaciones teóricas capaces de indicar otra dirección”.
Y comenzar a dar voz y acoger el pensamiento de quienes viven en situaciones de pobreza y exclusión social fue otra de las características de este evento. “Ha llegado el momento de repensar la economía, de repensar el mundo, no ‘para’ los pobres, ni solo con su participación, sino a partir de ellos, dijo Jean Tonglet de ATD Quarto Mondo. Nuestro conocimiento permanece incompleto si no se riega con el conocimiento de aquellos que queremos liberar de la miseria y que son los primeros en conocerla y combatirla día tras día”.
El desafío lanzado por este evento es ser capaces de inventar nuevas formas de colaboración, ser más fuertes, más creativos y lograr cambiar los estilos de vida mediante la creación de una economía más solidaria, más justa y más sostenible.
“La nueva idea en la base de este evento, explicó el economista italiano Luigino Bruni, fue reunir la ecología y la economía. Hoy ya no podemos hablar de pobreza sin hablar de clima. El grito de la tierra y el grito de los pobres son el mismo grito. La profecía da voz a los invisibles. Uno de los grandes mensajes del pontificado del papa Francisco es la invitación a activar procesos, no a ocupar espacios, porque el tiempo es superior al espacio. Aquí hay un proceso que comenzó. La profecía es crítica, pero nunca es pesimista”.
Los adolescentes participantes, que han profundizado y recogieron el desafío lanzado por la FAO para trabajar para vencer el hambre en el mundo para 2030 (#zerohunger), también elaboraron algunas ideas concretas al final de la reunión:
- difundir más la práctica del “pasto sospeso”, es decir, pedir al propietario del restaurante que involucre a sus clientes en el pago de una comida para aquellos que la necesiten, de esta manera los locales que se unirán tendrán el sello #zerohunger;
- pedir que se introduzca una nueva asignatura escolar que tenga por objeto los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Prophetic Economy es un proyecto internacional compuesto por siete organizaciones: la Comunidad Papa Juan XXIII, Nomadelfia, Movimento global católico del clima, Movimiento ATD Cuarto Mundo, Asociación Mundo de Comunidad y Familia, la iniciativa SlotMob y el Movimiento de los Focolares, representado por el proyecto Economía de Comunión y por la sección juvenil de Teens for Unity.