La historia de Rosa y Oscar, empresarios venezolanos de la EdC: de la confianza plena en el "Socio Oculto" surge la creatividad que mantiene viva la empresa y preserva los puestos de trabajo en un momento de plena emergencia económica y social.
Mi nombre es Rosa y soy venezolana. Junto con mi esposo Oscar, desde hace unos años tenemos una pequeña empresa en la ciudad de Maracaibo (al oeste de Venezuela) cuya función principal, entre otros servicios, es el corte y grabado por láser. La empresa se llama GALOC LASER, y mi trabajo consiste en administrar y organizar el negocio, así como los estudios de mercado y las ventas. ¡Es realmente un reto!
Dirigir un negocio en una ciudad con una economía casi destruida, con una mega-devaluación constante de la moneda producida por años de hiperinflación prolongada y creciente, un ente gubernamental despiadado y al margen de la ley, políticas públicas y fiscales inestables y negativas, y un sinfín de obstáculos que te hacen pensar que no se puede, que no hay nada qué hacer. Pero, con nuestra fe en Dios y en su providencia, para poder donar nuestro granito de arena y construir un mundo basado en el trabajo digno, contribuyendo al desarrollo humano y económico, nos sostiene y nos da la fuerza para continuar. Decidí escribir estas líneas para contar un poco los milagros del Amor y la experiencia de una economía de comunión, que da color día a día a nuestro trabajo en un país inmerso en la oscuridad y el dolor.
Antes de la pandemia teníamos cinco empleados, pero con la crisis del combustible, el colapso del transporte en la ciudad y las normas de protección del COVID-19, el negocio fue disminuyendo y corrimos el riesgo de cerrar el taller. Con Carlos, además de dirigir el negocio, tomamos las riendas del trabajo operativo. Un día nos dimos cuenta de que, tras dos semanas sin producir nada, nuestra economía se hundía. Obviamente, con esta situación, la ayuda que dábamos a nuestras familias a través de nuestros ingresos también disminuía, así como el compromiso de pagar a nuestros trabajadores que dependían de su trabajo para subsistir.
Inmediatamente surgió la pregunta: ¿qué hacer? Ante esta realidad, lo primero que había que hacer era pedir a Dios que nos ayudara a saber qué hacer. Su ayuda no tardó en llegar: primero había que tener una actitud positiva ante esta nueva realidad y tratar de generar nuevas estrategias de mercado. Con esta idea, empezamos a ofrecer productos y servicios a través de Internet. Al principio, lo que comenzó como una estrategia para generar ingresos, se convirtió en una oportunidad para llevar alegría, mensajes positivos, diseños innovadores para los empresarios que solicitaban nuestros productos y diferentes oportunidades de negocio para nuestros colaboradores, activando una creatividad colectiva en beneficio de todos.
Y es así como comenzaron (como Oscar y yo los llamamos): los "milagros del Amor de Dios". Por ejemplo: poder pagar los sueldos de nuestros empleados, incluso cuando no podían venir físicamente a trabajar. Ayudar de forma concreta con la compra de alimentos a algunas familias y miembros de la comunidad con dificultades. Poner a disposición algunos de nuestros productos, sin coste alguno, para colaborar en campañas de recaudación de fondos para la compra de medicamentos y tratamientos, especialmente para niños con determinadas situaciones especiales de salud. Ser a veces mentores de proyectos de emprendimiento a través de charlas de motivación y orientación para personas que quieren iniciar un negocio y están llenas de miedos y dudas. Generar puestos de trabajo alternativos para las personas que habían perdido su empleo debido a la situación de pandemia que acabó agravando la situación que ya se vivía en Venezuela. Ofrecer alianzas con la competencia y crear equipos de apoyo para reactivar la economía de nuestra ciudad. Actualmente ofrecemos 4 sueldos fijos a tiempo parcial a los jóvenes de nuestro taller, en las áreas de diseño, fotografía y manejo de maquinaria.
Actualmente, el gran capital de GALOC LASER son nuestros clientes, proveedores, distribuidores, con los que no sólo existe una relación de trabajo, sino que hemos construido lazos de amistad fraternal, que ayuda a la colaboración entre todos. Hace poco tiempo recibimos gratis un banco de trabajo que vendía una persona que nos conoce. Era una mesa que realmente necesitábamos y cuando la persona se enteró de que la necesitábamos, su reacción fue: quiero donarla, porque sé que le daréis un buen uso. También recibimos de la "providencia" una impresora de tinta que no teníamos, y recientemente a través de nuestro trabajo, pudimos comprar un plotter de corte de vinilo para ofrecer un nuevo servicio que teníamos solicitado y que no habíamos podido materializar. Todo esto nos da la confianza de que en medio de esta tormenta, Dios está trabajando y haciendo avanzar nuestro negocio. Queda mucho camino por recorrer, pero con la certeza de que Dios está con nosotros y nos lleva de la mano.
Puedes visitar aquí el perfil de Instagram de GALOC LASER.