AECAC: El 10 y el 14 de noviembre han tenido lugar en Dschang y Yaundé, respectivamente, dos sesiones de formación financiera y administrativa dirigidas a desplazados internos que han puesto en marcha una actividad de autoempleo.
Liliane Mugombozi & Segreteria AECAC
El mes de noviembre de 2022 ha sido rico en eventos para la Association Action pour l'Economie de Communion en Afrique Centrale (AECAC). Cuarenta hombres y mujeres jóvenes, desplazados internos como consecuencia de la crisis de las regiones noroccidentales y sudoccidentales de Camerún, que viven actualmente en Dschang, Bafoussam y Yaundé, han participado en las sesiones de formación financiera.
Yaundé, la capital de Camerún, es un lugar perfecto para experimentar la transformación social que se está produciendo en el país, con sus distintas caras y complejidades, y alberga a cientos de miles de desplazados internos tras la llamada crisis anglófona en las regiones del Noroeste y del Suroeste. Al igual que otras ciudades del país, Dschang y Bafoussam se están adaptando a la llegada de cientos de desplazados que buscan seguridad. En estas ciudades las personas tienen la posibilidad de “reconstruir” sus vidas, de agruparse, de construir una nueva identidad y, por qué no, de forjar una conciencia sociopolítica para que haya paz en los lugares que han tenido que abandonar a causa del conflicto.
En este contexto, la Association Action pour l'Economie de Communion en Afrique Centrale (AECAC) ha promovido un proyecto que propone instrumentos para el empoderamiento y la inserción socioeconómica de los desplazados internos, de modo que puedan hacer frente a sus necesidades vitales en las ciudades que los acogen.
¿Por qué promover la educación financiera y la gestión empresarial?
La crisis ha hecho que muchos hayan abandonado no solo sus casas y sus ciudades, sino también sus ocupaciones. Al llegar a sus “nuevas casas”, para hacer frente a problemas como la sostenibilidad, el alojamiento y las tasas escolares, los beneficiarios del proyecto gestionan distintas pequeñas empresas generadoras de renta. La formación se ha centrado en los desplazados internos (IDP) que ya poseen competencias en costura, peluquería, barbería, fabricación de calzado y otras actividades.
Cada sesión comenzaba compartiendo las historias personales. Historias muy emotivas de resiliencia, valor y determinación, que han constituido la base de la formación. Kennedy ha estudiado construcción y tiene dificultad para encontrar trabajo en las obras; está dispuesto a trasladare a cualquier otra ciudad de la zona donde encuentre trabajo. Derrick tiene un negocio de barbería: “Iba a la universidad, y antes de terminar los estudios estalló la crisis. He pedido un préstamo para abrir un negocio de barbería. Ahora me gustaría tener suficientes ingresos para ampliar mi actividad…”.
A través de un diálogo vivo entre los alumnos y los facilitadores, la formación fue tomando forma. Con delicadeza y habilidad, Steve Azeumo y Tiku Martin han introducido a los beneficiarios en la gestión de pequeñas empresas, acompañándolos con una formación financiera específica para sus actividades, a nivel técnico y psicosocial. El aprendizaje de las competencias también se ha producido mediante conversaciones sinceras y abiertas, escuchando intensamente las necesidades reales, así como los deseos, los sueños y las aspiraciones de los beneficiarios.
Sonita tiene 18 años, no ha ido a la escuela durante los dos últimos años, desde que llegó a Yaundé. Para mantenerse diseña bordados de vestidos tradicionales, pero su mayor deseo es volver a estudiar. Su petición al proyecto consiste en una ayuda para volver a la escuela por las tardes y trabajar por las mañanas para su subsistencia.
En otros casos, el diálogo se ha centrado en la necesidad de apoyo, como en el caso de Bertila, estudiante de enfermería y madre de tres niños pequeños. Para vivir y para poder pagar las cuotas escolares de los hijos, trabaja con pequeñas perlas para la elaboración de accesorios como collares, brazaletes, colgantes, tobilleras y cinturones, además de decoraciones y objetos para la casa. Para completar su curso de enfermería, necesita un lugar para realizar las prácticas, pero no puede permitirse pagar la tasa. A través de sus redes, el proyecto la ayudará a obtener un lugar para las prácticas y a hacer realidad su sueño de convertirse en enfermera.
Otras cuestiones urgentes puestas de manifiesto han sido: disciplina, ahorro, microcrédito y cuentas bancarias. Assunta tiene una pequeña tienda. La facilitación ha puesto de relieve la importancia de la licencia comercial para cumplir las normas municipales. Ha reconocido: “Necesito apoyo técnico”.
A la conclusión, algunos beneficiarios de la primera fase del proyecto han compartido sus historias de éxito. Cyril vive en Yaundé y durante la primera fase del proyecto ha aprendido a hacer zapatos. Ahora tiene una tienda y una amplia comunidad de clientes a través de las redes sociales. También su madre ha contado su conmovedora historia sobre cómo este trabajo, hasta hoy, ayuda a satisfacer las necesidades de la familia.
Mary, maestra de profesión, vive en Dschang con su familia. Durante la primera fase del proyecto ha aprendido algunas habilidades: hacer jabón y ganchillo. Hoy su mercado se ha extendido más allá de las fronteras de Camerún.
La formación ha concluido muy positivamente. Cada beneficiario ha recibido aliento para realizar su propio plan de negocio, una habilidad muy apreciada, a concentrarse y a orientarse a los resultados, sin olvidar el fundamento profundo y central del proyecto: ¡la comunión! Se les ha animado “a emprender el camino del compartir sin olvidar que Dios es nuestro socio invisible, que llama a cada uno a construir lazos de fraternidad allí donde se encuentre, incluso si luchamos para ganarnos la vida a través de pequeñas empresas”.
Como ha dicho Bertila: "esta sesión de formación trataba sobre educación comercial y financiera, pero ha sido también una sesión de apoyo emocional”.