Del 8 al 12 de enero se ha llevado a cabo en O’Higgins (Argentina) una Escuela Edc para jovenes apasionados a la EdC
«El universo espera, inagotable, invitador».
Jorge Luis Borges
Después de 7 años, en este enero de 2024, retomamos nuestras “Escuelas de EdC para jóvenes”. Las ediciones anteriores fueron las que despertaron la “chispa” en quienes hoy lideran la EdC, tanto es así que la energía necesaria para retomar ha surgido de algunos de los participantes de esa primer escuela, que también en Argentina, hiciéramos en 2011.
Han sido días profundos, donde hemos gozado todos juntos de ver una EdC viva, cambiada, renovada. En primer lugar fue una propuesta de vida, en las oportunidades simples, cotidianas y valiosas que se nos presentaban día a día a lo largo de la semana, para ayudarnos comenzábamos cada mañana con el dado de la EdC.
Como en toda escuela, hemos tenido lecciones y profesores: La comunión en la EdC, la centralidad de la persona (Cecilia Blanco, invitada especialmente a dar este tema), la herida del otro (Luigino Bruni, que se conectó via zoom), los pobres, la cultura del dar y las líneas para conducir una empresa. Los jóvenes prefieren siempre lo concreto, por eso los “facilitadores” fuimos sobre todo a compartir cómo el esfuerzo por construir la comunión en nuestras empresas va dejando lugar a nuevas y mas profundas formas de vivirla, empresas que generan comunidad por, para y con los mas necesitados, con experiencias de México, Costa Rica, Colombia, Bolivia, Paraguay y Argentina.
Un ejemplo de esto fue la visita que hicimos a Bragado, a 110km de O´Higgins. Donde pudimos mirar a los ojos y conocer el esfuerzo de este grupo de 50 personas, en su mayoría mujeres, que autoconstruyen para ellas y sus familias, sus casas (su barrio, su comunidad, su porvenir) gracias a la articulación y el acompañamiento de Domus, empresa de EdC creada para gestionar la construcción de barrios populares y que articula la comunión entre los distintos actores sociales para que no solo se entregue casas dignas a quienes las necesitan, sino que se construya comunidad con y entre los que las reciben.
Si hemos podido lograr estos pequeños-grandes milagros con nuestras pobres capacidades, compartiendo estos días la vida con este grupo de 21 jóvenes de 8 países de Latinoamérica y experimentando su potencial y amor por la humanidad, partimos con la convicción en el alma, que la EdC no solo tiene futuro, sino un luminoso mañana que ni siquiera llegamos a vislumbrar.
Algunos “Ecos” de los participantes:
- Yo no puedo explicar esto: Fue ver pasado, presente y futuro de la EdC.
- Fue un bálsamo al alma. Escuchar las experiencias de vida que encarnan una filosofía más humana para construir empresas y proyectos, me hizo volver a creer y elegir transitar este camino, apostando a generar redes de cooperación y ayuda mutua en mi comunidad.
- Fue conocer a la EdC como un estilo de vida, no una receta.
- Gracias a todos, por las experiencias compartidas y los nuevos lazos construidos, sigamos caminando juntos.
- Entendí que a los problemas comunes les corresponde soluciones también comunes y construidas en comunidad. Me colmó de alegría compartir con otros jóvenes que comparten este mismo entusiasmo, y da mucha energía el saber que cada uno en su metro cuadrado buscamos generar ambientes más fraternos, que son los motores para generar una sociedad más unida y donde ya no haya ningún excluido.
- Fue encontrar un poco de respuesta a inquietudes, aprender y poder tomar como estilo de vida profundizar más estos aspectos en mi realidad.
- Fue una experiencia que marca un antes y después. Fui como un vaso vacío y volví llena para poder inundar todos los aspectos de mi vida y mi realidad.
- Fue una experiencia increíble, vuelvo renovado, con mucho entusiasmo , lleno de conocimiento transmitido por cada empresario y cada uno de los participantes de la escuela , se construyeron relaciones hermosas y profundas en tan poco tiempo, cada testimonio, foro, charla y el compartir tanto en las comidas como en los momentos libres fue una experiencia para aprender del otro y como vive la fraternidad universal en la economía , la mismísima comunión, preocuparse y comprometerse verdaderamente por la persona y su dignidad . Me llevo está filosofía de vida para aplicar en mi momento presente en la realidad que me toca vivir y seguir construyendo para próximos emprendimientos centrados en las personas. GRACIAS!
- Fue aprender a disfrutar un poco el camino, a entender que no vamos tarde ni temprano sino exactamente a tiempo, a abrazar la incertidumbre y lo desconocido, experimentar las relaciones humanas y su importancia, a sentirlo todo y vivirlo todo pero dejando un pedacito de nuestras almas en ello.
Para dar continuidad a esta buena práctica, nos hemos propuesto volver a hacerla cada año y medio. Con renovada esperanza convocamos a los jóvenes que quieran vivir esta alegre, dinámica y profunda experiencia, del 21 al 26 de julio de 2025, en Tocancipá, Colombia.