Perspectiva estratégica para contribuir a un desarrollo económico basado en la idea de compartir. La EdC está saliendo a la vida pública y los artículos de las siguientes páginas señalan su novedad.
de Alberto Ferrucci
De "Economía de Comunión - una cultura nueva" nº 43 - Julio 2016
Hace 25 años Chiara Lubich tuvo el valor de proponer la alternativa de la Economía de Comunión a un mundo eufórico por la consolidación de la economía liberal tras la caída del muro de Berlín. Entonces su propuesta fue apreciada, pero la mayoría la consideró simplemente como una utopía para buenas personas. Hoy, el resultado de un cuarto de siglo de economía liberal ha sido una gran concentración de la riqueza en unos pocos operadores de las finanzas mundiales. A lo largo de los años, las finanzas han absorbido una parte muy relevante de los recursos producidos por la economía real, restándosela a las inversiones, a la investigación y a la creación de nuevos empleos.
Por eso, no debemos sorprendernos si aumenta cada vez más la exasperación de los excluidos del bienestar, que el consumismo ya había dejado entrever. Una exasperación tan potente y extensa que pone en riesgo los sistemas políticos más sólidos e induce un terrorismo que no se puede contener con muros y ejércitos, porque nace de entre nosotros.
Además, las guerras entre los poderosos, ejercidas por poder, expulsan de sus tierras a millones de emigrantes. También el cambio climático, antes siempre negado, obliga a abandonar unas tierras que se han vuelto inhóspitas. Desde las playas nos interpelan los cuerpos abandonados de los más débiles, que no han logrado atravesar el mar, como también nos interpelan en nuestras calles los rostros extraviados y cada vez mas desilusionados de aquellos que sí lo han logrado.
Todos los problemas de la economía globalizada se están manifestando a la vez. Por eso es necesario elegir otro camino para el futuro. La propuesta de Chiara se propone como una verdadera alternativa para todos. Al presentarla en el parlamento coreano, con ocasión del congreso Pan-Asiático del 25°aniversario de la EdC, Luigino Bruni resumía así el tiempo presente: “Estamos ante una encrucijada: Si las finanzas y los bancos no se convierten en vehículos de inclusión social y de justicia, podríamos volver a una especie de Medievo feudal con unos pocos muy ricos y muchos mendigos, que vivirán con una renta de ciudadanía en un mundo con un trabajo cada vez más escaso. Si prevalece el primer escenario – eso depende sobre todo de la política y la ciudadanía – la EdC tendrá un papel específico que desarrollar".
Y no será sólo un papel económico. Ya en 1998, viendo lo que se había realizado siete años después del anuncio, Chiara nos invitó a promover una “inundación del Espíritu en las actividades humanas”. ¿Cómo? Presentándonos al dialogo con la cultura contemporánea con un proyecto global, con toda la riqueza del carisma, para ver con ojos nuevos también la política, el derecho, las relaciones sociales, el medio ambiente, el arte, la comunicación. Nosotros, los de la economía, que fuimos interpelados en primer lugar, tal vez podamos crear las condiciones para que esto se haga realidad.