Tres días de encuentros promovidos por el Movimiento Político por la Unidad y la EdC de Corea.
de Regina Min
de "Economía de Comunión - una cultura nueva" nº 43 - Julio 2016
“Memoria” de los dones recibidos de Dios, “profecía” para abrir el corazón y comprender adónde ir, aunque sea arriesgado, y “esperanza” en lugar de una jaula de normas y preceptos por mucha sensación de seguridad que nos den. Quizá estas tres palabras del Papa Francisco sean las mejores para expresar la realidad que se ha vivido durante la primera visita de Luigino Bruni a Corea, el “país de la mañana tranquila”.
Después del intenso desarrollo económico de los últimos años, hoy Corea crece lentamente, tiene altas tasas de desempleo juvenil y el sistema de asistencia a los ciudadanos está exclusivamente en manos del estado. En estos meses se ha avivado mucho el debate entre la opción de “crecer” y la de “compartir”. No faltan quienes ven el sistema general gubernamental de redistribución de la riqueza como un freno al crecimiento.
En este contexto social, la visita de Luigino Bruni ha tenido una resonancia especial. “EDC: un nuevo modelo de economía para todos” fue el titulo de las dos citas de mayor relieve. La primera tuvo lugar en Seúl el 20 de mayo en la sala de conferencias del Parlamento. En ella participaron 300 personas entre diputados, exponentes de la Iglesia local, embajadores, economistas, responsables de asociaciones gubernamentales en el campo económico y muchos jóvenes. Al día siguiente le tocó el turno a Daejon, donde se propuso el mismo programa en una sala de la Universidad de Chungnam ante un público muy atento, formado por 420 personas. En este lugar el mensaje de la EdC resonó con fuerza y muchos empresarios y economistas presentes se ofrecieron a seguir colaborando. Como conclusión del viaje, un diálogo abierto con los jóvenes en una prestigiosa sala del Municipio de Seúl resultó una lección viva y muy participada “de tú a tú”, durante la cual se creó una relación especial con los 200 jóvenes presentes.
En resumen: Estos tres días han permitido aglutinar alrededor de la EdC a personas capaces de “crear opinión”, con el resultado de generar un momento histórico para Corea. El mensaje de la EdC se ha revelado como una novedad absoluta, tal vez todavía no clara para todos, pero en la que cada uno ha encontrado una esperanza para la sociedad actual y futura. Prueba de ello es el vivo interés que ha suscitado en los medios de comunicación, prensa y televisión.
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