Hubo 15 hubs de escucha oficiales en Italia el pasado 29 de mayo, fiesta de nuestro 30° aniversario. Reproducimos algunos de los ecos recibidos.
por Antonella Ferrucci
Turín, Frontignano (BS), Piacenza, Parma, Bolonia, Porretta Terme (BO), Génova, Porto Sant’Elpidio (FM), Ascoli Piceno, Vasto (CH), Roma, Bari, Lamezia Terme (CZ), Trapani. De Norte a Sur estos eran los hubs de escucha oficiales que se organizaron localmente para seguir la fiesta de los 30 años de la Economía de Comunión, el pasado 29 de mayo. Con Bari se realizó incluso una conexión en directo. Con Raffaele Aversanto y Emanuela Megli estaban presentes el empresario Cosimo Zanna junto con dos jóvenes inmigrantes, Jean y Kinni, que trabajan en la empresa Arc en Ciel, con el proyecto de AMU-EDC “Fare Sistema oltre l’accoglienza”, y los representantes del MPPU de Apulia.
Escribe Raffaele: «Una ocasión verdaderamente especial y a la altura de las más altas expectativas. Gracias a todos. Creo que Chiara Lubich desde
el cielo habrá disfrutado con todos nosotros por estas espléndidas cuatro horas de conexión. Tanta riqueza de contenidos, un clima de gran comunión y un programa precioso han contribuido a aumentar en todos la conciencia de que estamos ante una obra, la EdC, fundada por Chiara, querida por Dios y destinada a inundar el mundo de la economía. ¿Y dónde no está presente la economía? Somos todos instrumentos y canales de difusión, con nuestra vida, de este espíritu de comunión, una profecía grande y tremendamente actual».
Añade Emanuela: «De pequeña aprendí que prestar o regalar un juguete me abría el corazón, que amar a las amigas guapas y a las feas me abría el corazón. Hoy siento que hacer empresa y tratar con amor y dignidad a los que trabajan conmigo, clientes y competidores, me abre el corazón y me hace amar la vida. Y me da alegría plena. El “socio oculto” siempre actúa y a través de nuestro trabajo puede dar confianza y esperanza a muchos, para mejorar nuestro mundo. Como en el cielo. Debemos correr junto con aquellos que nos han precedido, y pasar el testigo del dar y del amar, para que este paradigma (=mirada) sobre la economía se amplíe a las leyes humanas y pueda valorar a las personas y a las relaciones entre ellas, por delante de las cuentas y los números. Me he sentido llamada, emocionada, y he sentido el fuego ardiente del amor y la unidad».
En el hub de Vasto, organizado por Mirella Sansiviero, participaron doce personas. Esta es la impresión de una participante: «Cuando una querida amiga me invitó a la iglesia de San Marcos en Vasto, para seguir en directo el streaming desde Loppiano de las celebraciones del 30º aniversario de la Economía de Comunión, me imaginé una conferencia muy formal, institucional, con una sucesión de autoridades que harían discursos solemnes y quizá un poco grises. En cambio, asistí a una exultación, una fiesta de gente que se quiere, porque quiere y hace el bien. Escuché con interés los testimonios de los que han trabajado en la EdC y han ayudado a que se convierta en una realidad concreta. Sin embargo, me ha llamado mucho la atención que la mente de todos estaba proyectada no tanto a los 30 años pasados sino más bien al futuro, a los proyectos a realizar. Creo que esto es verdaderamente importante en este momento histórico, que Luca Crivelli definió eficazmente como “año de no lugares”. En un periodo de alteración de la vida diaria, de luto, de incertidumbre, de difícil recuperación, estar expuestos a tanto entusiasmo y positividad “recarga” el espíritu. Estoy agradecida a la persona que me invitó a este evento y a todos los que lo han realizado. Deseo todo bien a todos los amigos de la EdC».
También desde Vasto, Sabrina Turdò escribe dirigiéndose precisamente a la Economía de Comunión:
«Economía de Comunión: felicidades por tus 30 años. Has nacido de la intuición de una mujer formidable, Chiara Lubich, para que se “vuelva a vivir el espíritu y la práctica de los primeros cristianos: eran un solo corazón y una sola alma y entre ellos no había ningún necesitado” (Hch 4,32-34). A lo largo de los años has sabido conjugar los valores de la solidaridad con los de la libertad y la eficiencia y contribuir a una economía verdaderamente “a medida de la persona”. Has involucrado a muchos empresarios que han “producido para compartir”, destinando una parte de los beneficios a las personas que viven situaciones de dificultad, otra parte a la promoción de la cultura del dar y una tercera parte a sostener el desarrollo de la empresa. Has alentado el recurso a la reciprocidad y a la cultura del dar, tratando de favorecer la presencia de sujetos atentos a cultivar relaciones interpersonales positivas y constructivas y a no considerar a los pobres como un problema sino como un recurso precioso que hay que “tocar y abrazar”. Has inspirado cientos de iniciativas y has generado numerosos caminos y acciones en distintos países del mundo, dando voz a empresas que tratan de producir riqueza de forma ética y correcta. Entre ellas, la experiencia del Bangko Kabayan, que ofrece ahorro, préstamos y microseguros a personas que trabajan en el campo y antes estaban excluidas de los servicios financieros. Todo esto demuestra que el empresario elige realizar las prácticas empresariales con la idea de poner en el centro de la economía a la persona y por tanto el valor de las relaciones, pero sobre todo demuestra que hoy más que nunca la EdC es necesaria, porque, como dice Luigino Bruni, “la Economía de Comunión es un bien global, un don para todos».
Siete eran las personas presentes en el punto de escucha del agriturismo de Peppe Vultaggio, en Trapani, de Palermo, Agrigento y Trapani. Peppe conoció la EdC al comienzo de su actividad, cuando era muy joven, pero después perdió un poco el contacto. Cuando alguien le invitó al 30º aniversario se entusiasmó y quiso que el punto de escucha estuviera en su local, muy amplio y típico. El programa fue seguido con mucho interés y entusiasmo, y continuó después con un animado y bonito diálogo. El mismo Peppe Vultaggio contó a todos su historia desde los comienzos y cómo, a pesar de haberse alejado un poco, ha seguido viviendo según principios sanos de respeto a los empleados, proveedores y poniéndose a disposición de los compañeros, uno de ellos con una actividad cercana. En resumen, la EdC es una marca que se queda dentro del alma y sigue impregnando las acciones de cada día.
Desde Milán escribe Andrea Penazzi: «Ha sido verdaderamente intenso, emocionante y regenerador. También nosotros hemos intentado vivir lo más posible, si bien a distancia, una participación “de comunión”. Hemos marcado en el mapa algunos “micropuntos de escucha” (algunos con mensaje), componiendo incluso visualmente nuestro estar “a cuerpo” con Loppiano, con toda Italia y con el mundo».
Fotos y mensajes de los hubs han llegado también desde Ascoli Piceno, Roma y Lamezia Terme.