¿Qué impacto causa una empresa de EdC en la vida de las personas? ¿Podemos pensar que los valores vividos dentro de la empresa acaben siendo asumidos por las personas que trabajan en ella? En este breve vídeo, «No solo un banco; el Bangko Kabayan en mi vida», los testimonios de algunos empleados y exempleados del Bangko Kabayan, un banco de EdC especializado en microcrédito con sede en Batangas, Filipinas.
Rosalinda S. Sallan (Jefa de Operaciones de Sucursal – 20 años en Bangko Kabayan) afirma:
“Tengo claros los valores fundamentales que intentamos aplicar en Bangko Kabayan. Y son las mismas directrices que uso para el cuidado de mis hijos. Por ejemplo, el valor de la integridad: hacer lo correcto, aunque nadie nos vea. A veces dejo dinero en casa, y aunque lo vean, no lo tocan. Llevo a mis hijos conmigo a las acciones sociales que realiza el banco y al reparto de alimentos. Ahora por su propia iniciativa comparten las cosas que poseen con las víctimas de la calamidad. Una vez, el profesor de mi hijo me preguntó por qué recogía el plástico de sus compañeros de clase. Le expliqué que en casa fabricábamos ladrillos ecológicos y los llevaba al banco para usarlos en los proyectos de la Fundación”.
Crisanto Sevilla (Asistente de Documentación ROPA – 10 años en Bangko Kabayan) cuenta:
“Cuando entré en el Bangko Kabayan no me hicieron sentir como si perteneciera a otra empresa. Estaba lejos de mi familia, pero como me acogieron con tanto cariño sentí que no estaba solo. Sé lo importante que es el apoyo al colaborador, sobre todo cuando uno es nuevo. Cada vez que llegan nuevos empleados a la sección, hago todo lo posible para compartir mis conocimientos. El Bangko Kabayan nos ha ayudado también a construir una casa y a mandar a nuestros hijos al colegio. Y como ayudar es contagioso, mi mujer y yo hemos decidido contactar con nuestros vecinos que están sin trabajo. Hemos ayudado a cuatro de ellos a encontrar trabajo. Aunque no pueden devolvernos la ayuda directamente, ahora ayudan a otros”.
Leah B. Jareno (Jefa de Area – 25 años en Bangko Kabayan) dice:
“Antes eran pocas las empresas que te aceptaban cuando no tenías estudios universitarios. Ahora he terminado un curso a distancia y el Bagko Kabayan ha sido el primero que ha confiado en mis capacidades. Por eso, desde que empecé como cajera, hace 25 años, hasta ahora, cada día me levanto dispuesta a hacer mi trabajo con amor y dedicación. Mi amiga ha puesto en marcha una actividad y me ha pedido ayuda para gestionarla. Como comparto siempre con ella las actividades de acción social del Bangko Kabayan, ella ha decidido imitar esta práctica con su empresa. También ha adoptado la cultura del compartir en su vida personal y ahora sus fiestas de cumpleaños son ocasiones de participación. Tenemos una empleada que antes solo podía vender meriendas porque no tenía estudios universitarios. La contraté porque sabía que le resultaría difícil encontrar trabajo. La he visto progresar, ha estudiado por su cuenta y ahora es capaz de hacer bien su trabajo y mantener a su familia”.
Rommel T. Agravante (Tasador Senior – 14 años en Bangko Kabayan) cuenta:
He tenido la oportunidad de terminar mis estudios con el programa “Estudia ahora, paga después” del Bangko Kabayan. He pasado a ser personal de confianza y he promocionado a Credit Investigator. Como quería convertirme en tasador inmobiliario, volví a estudiar y aprobé el examen para ser perito en este campo. Después conseguí una nueva promoción a tasador senior. Para conocer mejor el sector inmobiliario realicé otro curso de revisión para otro examen y con la ayuda de Dios ahora soy un agente inmobiliario autorizado. En nuestro trabajo como peritos no se puede evitar que algunos clientes ofrezcan dinero para aumentar el valor estimado de sus propiedades. Una vez uno llegó a ofrecerme 100.000 pesos. Esto no me ocurre solo a mí sino a todos mis compañeros tasadores, pero todos damos la espalda a esta tentación”.
Neil C. Marundan (Ex director de recursos humanos – 10 años en Bangko Kabayan) afirma:
“Yo fui responsable del personal en el Bangko Kabayan. En las orientaciones a los empleados, siempre decía que esta empresa es única: Damos valor a las personas, invertimos en su formación y mejora continua. Creemos que Dios es nuestro socio y hacemos bien las cosas en nuestro trabajo. Ahora, aunque ya no trabajo en el Bangko Kabayan, trato de seguir viviendo esta cultura en mi empresa. Antes, los empleados no eran amistosos, se envidiaban unos a otros y no había ningún sistema. Les he enseñado a usar el ordenador y así hemos sido capaces de satisfacer mejor las necesidades de unos 2.000 clientes que vienen a la farmacia cada día. Estas mejoras me han permitido aumentar el salario de mis empleados y la mejora de las relaciones ha conducido rápidamente a una mayor profesionalidad y orden en las actividades de la empresa. También me siento orgulloso de ser uno de los cinco principales contribuyentes de San Juan, un municipio con hotel y resort y otras actividades más grandes que la nuestra. Todo esto – excelencia en el servicio, integridad, respeto a Dios y al hombre – lo he aprendido en el Bangko Kabayan”.
