Empresas con graves dificultades, pérdida de miles de puestos de trabajo: el confinamiento ha golpeado con fuerza a la economía europea. No obstante, muchos empresarios no se rinden. Andrea Cruciani se ha preguntado cómo cuidar a sus empleados.
por Lorenzo Russo
Publicado originalmente en Focolare.org el 31/07/2020
¿Cómo han vivido los empresarios la fase más aguda del confinamiento a causa del Covid-19? Se lo preguntamos a Andrea Cruciani, CEO de TeamDev y Agricolus, empresa y start-up italianas vinculadas al proyecto de la Economía de Comunión.
¿Cómo habéis vivido el confinamiento?
“Antes del confinamiento no teníamos problemas. TeamDev llevaba doce años creciendo a un ritmo del 20% anual. Damos trabajo a cincuenta personas. A mediados de febrero realizamos algunas operaciones para reducir los costes bancarios, pero con el confinamiento llegamos a finales de marzo sin liquidez. Era la primera vez que me encontraba sin dinero y sin alternativas. Tuvimos que optar por la regulación temporal de empleo. A mí me desagradaba, porque siempre habíamos invertido en el cuidado del bienestar empresarial.
Vimos que algunos empleados estaban asustados, con falta de confianza en nosotros. Perder la confianza, aunque fuera de un solo empleado, era un dolor fuerte. Poco a poco intentamos encontrar una solución a las necesidades de todos y en cuanto entró dinero en la caja de las empresas pudimos sacar a los empleados de la regulación temporal de empleo e incluso ofrecerles una prima llamada “premio Covid”. Al final, hemos conseguido dar el mismo sueldo a todos. Han comprendido que nosotros no teníamos mala fe”.
¿Qué te ha enseñado esta experiencia?
“He conocido las fragilidades al construir una relación auténtica con empleados y colaboradores. Es muy importante construir una relación auténtica basada en la confianza. Nos ha sorprendido la reacción de algunos, que han encontrado la energía en el deseo de contribuir al bien común. Este periodo ha sacado a la luz la humanidad más verdadera en las relaciones”.
¿Qué consejos darías a otros empresarios para cuidar los recursos humanos?
“Os cuento una historia. Hace tres años quise promocionar a un empleado dándole responsabilidad sobre una rama de la empresa. Pero poco después, esta persona cambió de trabajo y se fue. En ese momento comprendí que lo que yo espero de la vida no es lo mismo que esperan los demás. El no buscaba un aumento de suelo, sencillamente no quería llevar el peso psicológico. Después de la experiencia empezamos a poner en marcha algunos instrumentos más eficaces”.
¿Cuáles?
“En primer lugar pedimos ayuda a un coach para tener un espíritu común entre todos. Después empezamos a mejorar el ambiente de trabajo con cosas tan sencillas como llevar fruta fresca para la merienda, o repartir entre todos los frutos de temporada de los huertos solidarios de Caritas, de modo que cada uno pudiera llevarse a casa (gratis) lo que necesitara. Después, tomamos algunas medidas complementarias, aunque ya contábamos desde hacía años con una pensión complementaria y varios instrumentos como el horario flexible para atender a las familias… Nos parecía la mejor manera de cuidar a las personas que trabajan en nuestras empresas. Y también intentamos ocuparnos del crecimiento de cada persona para que pueda dar lo mejor de sí misma”.
¿Cómo ves el futuro de la economía en general?
“Veo un futuro donde cada vez será más necesario leer el momento presente y saber dar claves de lectura también para el futuro. Chiara Lubich para los empresarios de la EdC fue profeta porque nos enseñó cómo cuidar a los empleados y a las empresas. Algunas cosas ya están previstas por la ley, pero para muchas otras la ley no sirve porque es un acto de conciencia y amor”.
