En el último EoC Global Gathering del 1 de junio, Domingos Dirceu Franco, focolarino brasileño, nos contó en qué consiste el proyecto AMU RESTARt y qué impacto tuvo en la atormentada población de Siria.
Me llamo Domingos, soy brasileño, economista, y hace 19 años que vivo fuera de Brasil. Viví sobre todo en Jordania y en Siria, hasta hace dos meses vivía en Aleppo, donde estuve 5 años; ahora estoy temporalmente en Italia. Antes de la Guerra, en Siria se vivía muy bien, pero después de 13 años de conflicto, a causa de los inhumanos embargos económicos que se le impusieron al país, no es posible todavía reconstruir todo lo que la guerra destruyó. Hoy en Siria el 90% de las personas vive por debajo del umbral de la pobreza, con 2 horas de electricidad al día; falta la gasolina, el combustible, el gas, y el salario promedio es de 20€ al mes.
El Movimiento de los Focolares local, en colaboración con AMU (Azione per un Mundo Unito) y otras organizaciones internacionales, realizan un gran trabajo social en los campos sanitario, educativo, de emergencia y desarrollo. Cuando llegué a Siria en 2019, ya había tenido la experiencia en la planificación y cooperación internacional, y así empecé a trabajar con la AMU para darle vida a RESTARt, que es un programa de microcrédito. Unas palabras sobre la metodología y algunos resultados alcanzados: nuestros beneficiarios no reciben dinero, sino los materiales necesarios para empezar con sus actividades.
Luego del estudio de viabilidad y del proceso de formación sobre la gestión del proyecto, sobre la comunión y sobre la reciprocidad, se pone en marcha la actividad. Desde ese momento, las personas empiezan a devolver en dinero, mediante cuotas quincenales, el 50% de lo que recibieron en bienes para comenzar con la actividad, mientras que el 50% restante se paga en forma de servicios que las personas se comprometen a ofrecer a la comunidad. En una dinámica de reciprocidad extendida, gratuita y de comunión, cada responsable de las startups ofrece libre y gratuitamente – por ejemplo - cursos de formación en su propio ámbito, o bien un puesto de trabajo, para sostener a quien está todavía en la necesidad y difundir la cultura de la comunión.
El acompañamiento y el monitoreo de cada proyecto se realizan cada dos semanas: esa es la ocasión para ofrecer apoyo técnico y psicosocial y para recoger las experiencias de reciprocidad y comunión que se pusieron en práctica. Una de las razones del éxito de RESTARt radica en el acompañamiento continuo que genera cercanía y confianza entre todas las partes implicadas.
En tres años implementamos 83 microproyectos en tres ciudades diferentes, con un éxito del 90%, y hasta ahora no ha habido retraso en el pago de los plazos para ninguno de los proyectos. El mes que viene comienzan otras 35 actividades. La inversión es de casi 3 mil euros para cada una, y parte de esta inversión llega también de EdC.
Trabajamos con un sistema de evaluación que apunta al impacto social en la vida de las personas, no tanto en los productos ofrecidos. Estos son algunos resultados: usando una escala de 0 a 10 sobre el impacto psicosocial, partimos de una base de 3.66 con la meta llegar a 7.00. En tres años llegamos a 8.51. Es importante destacar dos cuestiones: en cuanto a la confianza en sí mismos, facilitada por las nuevas empresas, el valor medio pasó de 4.67 antes del proyecto a 8.85 en tres años; habíamos hecho la pregunta de cuánto el inicio de sus proyectos los motivaba a no dejar el país. Sus motivaciones para quedarse en Siria estaba en un promedio de 2.13, y después de tres años el valor ha subido a 7.89.
Sobre el aspecto de la autonomía económica para enfrentar las necesidades cotidianas, partimos de un promedio base de 1.57 y apostábamos a llegar a 6.00. Luego de tres años, llegamos a 5.74.
A este respecto, los ingresos económicos mensuales del proyecto de Homs aumentaron considerablemente en tres años, pasando de 36 euros aproximadamente a 170 euros al mes. Hemos evaluado también en Homs el impacto de RESTARt en la capacidad de las personas de gestionar de manera más eficiente una startup: partimos de una base de 2.91 y teníamos como meta llegar a 7.00. En tres años llegamos a 7.44.
Otro ejemplo de las nuevas empresas de Aleppo: antes del proyecto, los beneficiarios comían carne en un promedio de 1.35 veces al mes. Después de un año, el promedio subió a 3.05.
Sabemos bien que RESTARt no es la panacea, pero desde su pequeño potencial está significando un impacto importante, y esperamos que pueda seguir contribuyendo al renacer de un país que lleva 13 años en guerra: cada uno de nosotros puede hacer su parte en esta reconstrucción y en este renacer.
Vea el testimonio sobre RESTARt en el video hecho por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano con motivo del Día del Migrante y del Refugiado