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La herencia de Manuela Silva para Portugal (y para el mundo)

El pasado 7 de octubre nos dejaba Manuela Silva, la economista considerada "el rostro portugués de la lucha contra la pobreza" y una gran amiga de la EdC

Felipe Coelho.

El profesor Carlos Rodrigues ha escrito de ella: "Manuela Silva concebía la economía desde el punto de vista del servicio a las personas y del desarrollo sostenible e inclusivo". Con Bruto da Costa, Manuela realizó en los años 80 los primeros estudios sobre la pobreza en Portugal y promovió la idea de convertir en ley la declaración de la pobreza como violación de los derechos humanos.

En su primer discurso público sobre la EdC en 1998, Manuela ya intuía su significado profético: "La EdC nace precisamente de la visión de una mujer que (...) tuvo el gran mérito de haberse atrevido a romper la gruesa cortina del determinismo económico, siempre a favor de la posición del más fuerte (...). Chiara cree que el Evangelio no solo tiene implicaciones sobre la vida personal de los creyentes, sino que debe penetrar en la vida colectiva, incluyendo la organización de la economía y de la empresa”. En aquella ocasión se preguntaba: “¿Por qué no poner la EdC en perspectiva de forma que pueda tener en el futuro un efecto amplificado sobre un modelo económico de raíz humanista y solidaria para el siglo XXI? ¡Creo que es el momento! (...) Por otra parte, me parece indispensable y urgente acometer un trabajo de teorización, basado en la experiencia adquirida, de modo que produzca competencias científicas (...)”. El encuentro personal con Chiara Lubich se produjo en 2004, en uno de los últimos actos públicos de la fundadora del Movimiento de los Focolares.

La Comisión Nacional de Justicia y Paz de Portugal (CNJP) la recuerda de este modo: “Dotada de una extraordinaria capacidad de iniciativa y organización del trabajo en equipo, Manuela no dejó nunca de dedicarse a estas causas, ni con la edad avanzada ni con la enfermedad que padecía. (...) Un ejemplo de ello es la reciente creación de la red "Cuidar la Casa Común - la Iglesia al servicio de la ecología integral", de la que ha sido inspiradora en la última fase de su vida terrena”.

Pocos días antes de su “partida”, Pedro Patto (actual presidente de CNJP) y yo fuimos a visitarla. Se percibía que tenía “prisa” por dejarlo todo arreglado, pero con la serenidad de quien se fiaba de las personas que había involucrado para llevar adelante las muchas semillas que había lanzado. Le alegró mucho el mensaje de Luigino Bruni en el que le agradecía todo lo que había hecho por la EdC y le daba detalles de la preparación del evento “The Economy of Francesco”.

Manuela Silva tenía la capacidad de atraer a personas a 360º. En su funeral estaban presentes el actual presidente portugués de centro derecha Marcelo Rebelo de Sousa, el ex-presidente Ramalho Eanes (el primero tras la dictadura) y Carlos Carvalhas, sucesor del líder histórico del PCP (Partido Comunista Portugués), junto a muchas otras personalidades. Un momento profundo, testimonio de la grandeza de su vida y su compromiso, fue su contribución a la EdC y su pertenencia al grupo restringido de profesores llamados a contribuir a la preparación de “The Economy of Francesco”. En la nota del Presidente de la República se decía que Manuela ha llevado "una vida dedicada a causas de gran relevancia (...), tales como la justicia social, la lucha contra la pobreza y la defensa de los derechos humanos" y que "su muerte constituye una pérdida de gran relevancia para Portugal”.

El periodista António Marujo, que la conocía bien, ha escrito: “En los últimos momentos, Manuela tomó la mano de su hermana y le dio su último mensaje: «Me voy, pero diles a mis amigos que me ha gustado mucho vivir».” En la homilía del funeral, Don Antonio Janela hizo referencia a estos últimos momentos afirmando: "Que le haya gustado vivir es la mejor respuesta que un cristiano puede dar a la muerte".

Terminamos con un texto de Manuela que nos desafía a todos: “Estamos afrontando un enorme desafío cultural y espiritual, que supone e impone un redoblado esfuerzo, a todos los niveles, pero especialmente en la educación de las jóvenes generaciones, para una nueva concepción de una vida buena y feliz, que se traduzca en nuevos estilos de vida, de maneras de pensar y de actuar, de producción y consumo, de cuidarse a sí mismos y a los demás, al país donde se vive y al planeta Tierra donde habitamos todos y donde las nuevas generaciones habitarán en los tiempos venideros”. Parafraseando a António Marujo: "Este era el programa de vida que a Manuela Silva le gustaba vivir".

Estamos convencidos de que la mejor manera de honrar a su persona es continuar viviendo y creyendo en la EdC, y sin faltar concretamente a la cita con la historia que “The Economy of Francesco” – que tanto le importaba a Manuela – representa.

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