La decisión de "dar"
publicado en Newcity Africa
Virginie Asse vive en Abidjan, Costa de Marfil. Casada y madre de cuatro hijos, realiza su actividad siguiendo los principios de la EdC. En esta experiencia, Virginie nos cuenta su decisión de “no acumular capitales en el banco" y cómo esta decisión le hace experimentar de distintas formas la intervención de Dios.
“Compartir” y “dar” siempre ha sido importante para mí. Cuando trabajaba por cuenta ajena, acostumbraba a dar todos los meses el 10% del sueldo a mi iglesia. Al establecerme por mi cuenta he seguido manteniendo este principio: dar el 10% de mis ganancias para ayudar a los pobres. Compro en Europa algunos artículos y después los vendo en Abidjan; normalmente hago dos compras importantes al año.
Al principio, después de cada ciclo hacía las cuentas para ver de dónde podía sacar el 10% para los pobres. Pero en un momento determinado me di cuenta de que ya no estaba danto todo lo que quería y de que había comenzado a encontrar muchas excusas para no hacerlo.
Entonces informé a mis colaboradores del nuevo procedimiento que decidí adoptar: al final de cada jornada, después de ver las ventas del día, apartaríamos sistemáticamente el 10% de los ingresos de la jornada, con la intención de ayudar a los pobres. Y así todos los días de cada mes.A veces, pasa una semana entera sin vender nada, pero en cuanto hay algún ingreso, separamos automáticamente el 10%.
En 2007, participé en un congreso de Economía de Comunión en Roma. Allí descubrí que en la EdC se ponían en práctica los valores que me atraían y entonces decidí unirme al proyecto con mi empresa. Sigo ayudando a los pobres de mi país, que está atravesando un difícil periodo de guerra, pero al mismo tiempo participo con mis ganancias en el proyecto EdC.
Nunca he recibido nada a cambio de la ayuda que doy y soy feliz así, porque siempre he querido que mi ayuda fuera discreta. Pero en compensación, veo constantemente la intervención de la providencia de Dios, a veces a través de terceros, que siempre llega en el momento adecuado.
Algunos ejemplos: Hay que pagar a un proveedor, el vencimiento se acerca y no tengo la cantidad necesaria para pagar la factura. Pocos días antes del último plazo, se realizan ventas importantes que me dan la posibilidad de pagar puntualmente a mis proveedores. En otras ocasiones tengo que hacer un viaje para comprar productos. La fecha prevista se acerca y yo no tengo los medios necesarios para pagar el viaje. Confío a Dios mi situación y sigo haciendo mi trabajo, amando a todos los clientes que entran en mi tienda. Al llegar el día de la salida siempre tengo el dinero necesario para los gastos. Esta es una experiencia frecuente para mí.
Honestamente tengo que decir que no siempre es fácil, sobre todo cuando se ha tomado la decisión de no acumular dinero en el banco, ya que mi familia y yo tenemos que vivir cada día con los ingresos del negocio. Algunas veces me encuentro con dificultades y tengo que pedir ayuda a mi familia, pero esto no cambia mi decisión y sigo separando siempre el 10%. Cuando me uní a la EdC abrí una nueva tienda, la segunda, en otra zona de la ciudad de Abidjan.
Virginie Assi - Costa de Marfil